Cuando las personas llegan a Perú en sus vacaciones y se les presenta su primera taza de mate de coca, las reacciones se mezclan. Algunas personas han leído sobre remedios caseros para la altitud y están entusiasmadas con la incorporación de hojas de coca en su itinerario de los próximos días. Otros viajeros han hecho menos investigación y tal vez desconfían de la hoja de coca y su vaga asociación con el uso de drogas ilícitas. De hecho, la hoja de coca es mundialmente infame porque es la principal fuente o materia prima a partir de la cual se produce la cocaína. Sin embargo, la cantidad de cocaína alcaloide presente en la hoja de coca es mínima y su uso es muy común en las tierras altas andinas, ya sea con fines culturales o medicinales.
Historia
Entre los incas, la coca era considerada como una planta sagrada y su uso estaba restringido a las clases nobles. Fue y sigue siendo utilizado en ceremonias religiosas como parte de las ofrendas a los Apus (espíritus de montaña), Inti (el Sol) y Pachamama (la Madre Tierra). Después de la Conquista, su uso se generalizó entre las clases comunes, especialmente las que realizaban trabajos físicamente exigentes. Los colonos españoles señalaron que los mineros y otros trabajadores podían trabajar el doble cuando masticaban hojas de coca, sin quejarse de sed, fatiga y hambre. Los españoles comenzaron a pagar a los mineros por la hoja de coca y la producción de hoja de coca se convirtió en una de las fuentes de ingresos más importantes para el Imperio Español.
Usos modernos
En el altiplano andino actual, es común ver hombres y mujeres indígenas con un fajo de hojas de coca en sus mejillas. La hoja de coca se caracteriza por un color verde brillante en la parte superior y un lado inferior verde opaco. En Ecuador, Bolivia, Perú y el norte de Argentina, las hojas de coca se pueden comprar a granel a los vendedores del mercado. Tomadas en pequeñas cantidades, en té, masticadas o utilizadas como harina para hacer otros productos alimenticios, las hojas de coca en la actualidad todavía sirven para fines medicinales, ya sea como anestésico, estimulante y remedio contra el mal de altura, y también para aliviar los dolores de cabeza y mejorar la digestión.
Masticar
Las hojas de coca para masticar se preparan con una pequeña cantidad de cal, que activa el efecto alcaloide o estimulante. El sabor de las hojas es amargo y produce un entumecimiento temporal en la lengua y en el interior de la mejilla. Las hojas deben ser masticadas pero no tragadas. Cuando se mastica se cree que suprime el hambre, la sed, el dolor y la fatiga y muchos viajeros traen consigo un suministro cuando hacen caminatas a través de los Andes. No se sabe que masticar hojas de coca produzca adicción u otros efectos negativos.
Mate de Coca
Otro método común de consumo es preparar las hojas de coca en un mate o té, beber mate de coca está más extendido culturalmente que masticar. Hay dos formas comunes de preparar el té: las hojas de coca enteras se colocan en una taza de té y se vierte agua caliente sobre las hojas; alternativamente, las hojas trituradas se colocan en una bolsita de té y se preparan como cualquier otro té. Algunas personas dicen que el té de coca huele y sabe a té verde. Puede tomarse con o sin azúcar u otros edulcorantes. El té está disponible en la mayoría de los restaurantes y se ofrece como bebida de cortesía en la mayoría de los hoteles.
Coca como alimento
Cada vez es más común ver la coca incorporada a los productos alimenticios, generalmente como harina. La mayoría de los mercados y tiendas especializadas venden caramelos de coca, chocolates de cocq, barras de granola y galletas hechas con harina de coca y se comercializan con un sutil efecto energizante. El Museo de la Coca en Cusco, Perú, se dedica a presentar la coca como fuente de alimento.
